Duración: 30 minutos
Ubicación: Pico Duarte, zona ancestral protegida por los espíritus de los Caciques caídos.
Introducción (0:00 - 5:00 min)
Tras la batalla contra Huarokán, Shishu, Kaoban, Yariza y El Lince se dirigen al Pico Duarte, donde según los antiguos Behiques, reposa un Altar Sagrado Taíno que guarda fragmentos del Yukiyú, el espíritu de la luz.
Durante el ascenso, visiones comienzan a aparecer a Shishu: hombres con túnicas blancas, rituales de sangre y un símbolo tallado en piedra: el Areyto prohibido.
Yariza comenta que el Areyto era una danza ceremonial donde los antiguos guerreros conectaban con el alma de los Caciques ancestrales.
-Desarrollo (5:00 - 20:00 min)
Llegan a una cueva oculta protegida por una tribu llamada los Huanoríos, descendientes de los Naborias rebeldes.
Allí conocen a Nahucay, un joven guerrero Naboria con un tatuaje de serpiente, líder de la resistencia en la región, que admira a Shishu tras ver sus ojos sagrados.
Nahucay los lleva al altar secreto donde yace un fragmento del "Corazón de Yukiyú", una gema brillante con poder puro ancestral.
Al tocarlo, Shishu accede a un recuerdo:
Ve a su antepasado, el Cacique Anamácar, luchando contra la traición de otro Cacique que se vendió a los Dominantes.
Anamácar le dice a Shishu: "Tu sangre es la llama que los Dominantes temen… pero para liberarla, debes aceptar la oscuridad y la luz por igual."
Clímax (20:00 - 25:00 min)
Al despertar, Shishu ha ganado una nueva técnica: "Areyto Final", una danza de combate con sombras vivientes que copian sus movimientos en tiempo real.
Justo en ese momento, la montaña tiembla. Aparece Guakájar, un ex-Nitaíno convertido en bestia de energía corrompida, enviado por los Dominantes.
Kaoban, Yariza, Nahucay y El Lince lo enfrentan, pero sus ataques son absorbidos por su armadura ancestral.
Shishu entra en combate, ejecuta el Areyto Final, multiplicando sus sombras como si fueran antiguos guerreros taínos.
Resolución (25:00 - 30:00 min)
Con ayuda de sus aliados, Shishu destruye la máscara que conecta a Guakájar con los Dominantes, liberando su alma atrapada.
Antes de morir, Guakájar susurra: "El Cacique Oscuro despierta… y ustedes no están listos."
Nahucay decide unirse al grupo: "La sangre de los Naborias está con ustedes."
En la cima del Pico Duarte, observan el horizonte… sabiendo que la próxima parada es una región marcada por fuego y traición: La Vega.