Título: Kou: El Legado de Irmenio
Prólogo Hace miles de años, el antiguo dios Irmenio descendió al mundo y otorgó a sus elegidos un poder superior a la magia: el Kou. Este poder divino podía disipar la magia y contrarrestar sus efectos, dividiéndose en cuatro ramas distintas:
Kei – El poder del vacío y la sombra, anulando la magia de soporte y barreras.
Kai – La fuerza de la tierra y el metal, capaz de disipar maldiciones y magia destructiva.
Nei – La energía del viento y el trueno, descomponiendo la magia ilusoria y mental.
Kao – El dominio del agua y la vida, neutralizando la magia de curación y de refuerzo.
Los portadores del Kou fueron venerados y temidos, pues representaban la antítesis de los magos. Con el tiempo, los reinos mágicos decidieron erradicar el Kou, temerosos de su poder. Hoy, solo quedan unos pocos portadores en el mundo, ocultos y perseguidos. Uno de ellos es Fushi Nakamura.
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Capítulo 1: El Arcángel Caído
"¡No eres digno de llamarte arcángel!" rugió el sumo sacerdote, señalando a Fushi con desprecio.
La gran plaza celestial estaba repleta. Ángeles de cabellos blancos y ojos dorados observaban con desprecio al joven de melena roja y ojos incandescentes. Para ellos, Fushi era una aberración. Su sola existencia, con su Kou del Fuego y la Magma, desafiaba las normas sagradas.
"Eres una vergüenza para nuestra raza", dijo su padre, Azrael Nakamura, uno de los generales más respetados del Reino Celestial. Su rostro estaba pétreo, pero en sus ojos había una sombra de duda. "Nunca debiste haber nacido con esa maldición".
Fushi sintió que su corazón se rompía, pero su orgullo le impidió bajar la cabeza.
"¿Maldición?", replicó con una sonrisa arrogante. "Yo lo llamo poder".
El murmullo de la multitud se volvió más agresivo. Gritos de indignación, órdenes de ejecución. El sumo sacerdote golpeó su bastón en el suelo y proclamó el veredicto:
"Fushi Nakamura, por portar el Kou y desafiar la pureza de los arcángeles, eres desterrado. Desde este día, no eres bienvenido en el Reino Celestial".
Un portal dorado se abrió detrás de Fushi. Él apretó los puños, mordiéndose el orgullo, pero no mostraría debilidad.
"No me necesitan", dijo con una risa sarcástica. "Pero recuerden mis palabras... cuando la magia no sea suficiente para protegerlos, vendrán a rogarme".
Con un último vistazo de desprecio a su padre, Fushi dio un paso hacia el portal y fue expulsado al mundo mortal.
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Los Reinos y Razas El mundo de Eryndal está compuesto por siete grandes reinos, cada uno gobernado por una raza dominante:
1. El Reino Celestial (Ángeles) – Regido por la teocracia angelical, un lugar de luz y pureza donde la magia divina es la única aceptada.
2. El Reino del Abismo (Demonios) – Un lugar caótico donde los demonios gobiernan con magia oscura y contratos de sangre.
3. Las Tierras Salvajes (Semi-Humanos) – Donde bestias con formas humanas luchan por la supervivencia.
4. El Imperio Bélico (Orcos) – Un territorio de guerreros indomables con la magia de la guerra y la destrucción.
5. Las Montañas de Mithrador (Enanos) – Donde los enanos crean artefactos mágicos imbuidos con runas antiguas.
6. La Nación Goblin (Goblins) – Una sociedad caótica donde la magia es usada para la supervivencia y el engaño.
7. El Reino de los Magos (Humanos) – La nación más poderosa en términos de magia, con academias y torres arcanas.
Cada reino considera el Kou como una herejía, por lo que Fushi es perseguido en casi todos los rincones del mundo.
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Trama Principal Fushi busca un lugar donde pertenecer, mientras se enfrenta a magos de alto nivel y descubre los secretos de su propio poder. Su viaje lo lleva a conocer a otros portadores del Kou, cada uno con una de las cuatro ramas restantes.
Kain Bloodfang (Semi-Humano) – Portador del Kei, puede disipar barreras y desvanecer magia de soporte.
Elora Grimshade (Demonio) – Posee el Kai, capaz de destruir maldiciones y manipular la tierra.
Garruk Thunderclash (Orco) – Maestro del Nei, neutraliza ilusiones y controla el trueno.
Sybil Undine (Elfa Exiliada) – Guardiana del Kao, con el poder de disipar magia de curación y manipular el agua.
A medida que Fushi avanza en su viaje, descubre que el sello del dios Irmenio está debilitándose y que una antigua orden secreta busca erradicar a los portadores del Kou antes de que el dios despierte nuevamente. Con el mundo en su contra, Fushi y sus aliados deben desafiar el destino y demostrar que el Kou es más que una maldición: es la clave para la salvación del mundo.
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El aire helado golpeó el rostro de Fushi al atravesar el portal dorado. Por un instante, todo fue luz cegadora y luego… oscuridad.
Cayó.
El viento rugía a su alrededor mientras descendía desde los cielos como una estrella fugaz, su cuerpo rodeado por llamas rojizas. Intentó extender sus alas, pero las plumas doradas ya no estaban. Solo quedaban rastros carbonizados en su espalda.
"Tsk… ni siquiera me dejaron mantener mis alas", gruñó entre dientes.
Con un giro en el aire, usó su Kou del Fuego y la Magma para frenar la caída. Una explosión de calor emanó de su cuerpo y chocó contra el suelo, derritiendo la nieve del bosque donde aterrizó.
Se puso de pie, con el ceño fruncido. Miró a su alrededor. Árboles retorcidos, rocas cubiertas de musgo y un silencio sepulcral. No estaba seguro de dónde había caído, pero una cosa era clara: ya no estaba en el Reino Celestial.
"Bien… ahora qué", murmuró, cruzándose de brazos.
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Un Encuentro Inesperado
El sonido de pisadas apresuradas lo alertó. Fushi giró sobre sus talones y vio una figura encapuchada corriendo entre los árboles. Parecía ser un joven, jadeando pesadamente. Antes de que pudiera reaccionar, el extraño tropezó y cayó de bruces frente a él.
"¡Maldición!", exclamó el desconocido.
Fushi arqueó una ceja. "¿Y tú quién demonios eres?".
El joven levantó la vista, mostrando su rostro. Era un semi-humano, con orejas puntiagudas y un parche en el ojo derecho. Tenía cabello negro despeinado y un aire de desesperación en sus movimientos.
"No tengo tiempo para explicaciones", dijo rápidamente. "Si no quieres morir, ¡corre!".
Fushi apenas tuvo tiempo de fruncir el ceño antes de que un rugido estremecedor resonara en el bosque. Desde la maleza emergió una bestia colosal con piel escamosa negra y ojos brillantes como brasas.
"Genial", murmuró Fushi con una sonrisa arrogante. "Parece que tendré que estrenar mi destierro con una pelea".
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La Primera Batalla
El monstruo se lanzó contra ellos con una velocidad aterradora. Fushi esquivó con un salto ágil y chasqueó los dedos. Inmediatamente, llamas ardientes surgieron en su palma.
"Veamos cómo lidias con esto", dijo con una sonrisa confiada. Extendió la mano y disparó un torrente de magma candente directo a la bestia.
El monstruo rugió de dolor al ser envuelto en fuego. Sin embargo, en lugar de caer, su piel parecía endurecerse, como si la magia de fuego lo fortaleciera en lugar de dañarlo.
"Oh…", murmuró Fushi, con su sonrisa desvaneciéndose levemente. "Eso no era lo que esperaba".
El semi-humano lo miró incrédulo. "¡¿Intentaste quemar a un dragón de cenizas?! ¡Ese tipo de criaturas se alimentan del fuego!".
Fushi se encogió de hombros. "Ah, eso explica por qué no murió…".
La bestia se preparó para atacar de nuevo, y el semi-humano chasqueó la lengua. "Tenemos que correr, ¡no podemos ganar contra eso!".
Fushi, sin embargo, apretó los puños y sonrió con una mezcla de emoción y desafío. "¿Correr? No sé si has notado, pero yo no soy del tipo que huye".
Las llamas alrededor de su cuerpo se tornaron azuladas, y el suelo comenzó a agrietarse bajo sus pies.
"Voy a demostrarles a todos que el Kou no es una maldición", dijo en voz baja. "Voy a hacer arder este mundo y reescribir las reglas".
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Destino: Lo Desconocido
El semi-humano lo miró con incredulidad antes de bufar y esbozar una sonrisa. "Tienes agallas, lo admito. Si sobrevives a esto, te llevaré a un lugar donde quizá encajes".
Fushi sonrió con arrogancia. "Trato hecho. Ahora… a aplastar a este lagarto".
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Fushi gruñó mientras esquivaba otro embate de la bestia. El dragón de cenizas rugió con furia, su enorme cola azotando el suelo y levantando una nube de polvo.
"¡Ya me cansé de esto!" Fushi apretó los puños y se lanzó directo contra la criatura. Su Kou ardía en sus manos, pero en vez de disparar magia, impactó con un puñetazo limpio en el hocico de la bestia. El golpe resonó con fuerza, haciendo que la criatura retrocediera con un gruñido.
El semi-humano observó la escena con la boca entreabierta. "¿Acabas de… golpear a un dragón con los puños?"
Fushi sacudió la mano, sintiendo el dolor del impacto recorrer su brazo. "Sí, y es más duro de lo que parece. Mejor nos largamos antes de que se recupere."
Sin esperar respuesta, salió corriendo. El semi-humano bufó, pero lo siguió de inmediato. Después de varios minutos corriendo por el bosque, encontraron un camino de tierra.
"¿A dónde vamos?" preguntó Fushi, manteniendo el paso.
"A la ciudad más cercana, Xalven. Ahí podríamos encontrar refugio… y comida." El semi-humano le lanzó una mirada de reojo. "Por cierto, me llamo Kael."
"Fushi Nakamura. No olvides el nombre."
Kael rió por lo bajo. "Con ese temperamento, dudo que alguien lo haga."
Tras unas horas caminando, las murallas de Xalven se alzaron ante ellos. Era una ciudad bulliciosa, con torres de piedra y calles empedradas llenas de comerciantes y aventureros. Fushi miró a su alrededor con curiosidad.
"¿Nunca habías estado en una ciudad antes?" preguntó Kael.
"No en una como esta."
Kael sonrió. "Entonces, prepárate para la sorpresa. Te voy a llevar a un lugar donde podrías encajar… aunque con tu forma de pelear, no sé si sea buena idea."
Fushi arqueó una ceja. "¿De qué hablas?"
"Un gremio de magos. Reclutan a gente con talento, y aunque lo tuyo no sea magia precisamente… seguro te aceptarían."
Fushi cruzó los brazos. "No necesito un gremio. Puedo arreglármelas solo."
"¿Sí? ¿Y dónde piensas dormir? ¿Comer? ¿Tener información sobre los trabajos y los monstruos que acechan por ahí?" Kael sonrió con suficiencia. "Vamos, solo ven a ver. Si no te gusta, te largas."
Fushi chasqueó la lengua, pero terminó siguiéndolo. Llegaron a un edificio imponente, con una gran insignia tallada en madera sobre la puerta. Dentro, el lugar era un caos de aventureros bebiendo, discutiendo y comparando recompensas.
Kael se acercó a un mostrador donde una mujer con cabello plateado revisaba papeles. "Ey, Lyna, traje a un posible recluta. Es un caso especial."
Lyna alzó la mirada y observó a Fushi. "¿Caso especial?"
"No usa magia como los demás, pero tiene un poder único. Y…" Kael señaló los nudillos de Fushi, que aún estaban enrojecidos. "Parece que prefiere resolver los problemas a golpes."
Lyna suspiró. "Otro problemático… bien, si quiere unirse, tendrá que demostrar su valía." Miró a Fushi con intensidad. "¿Qué dices?"
Fushi sonrió con arrogancia. "Si es una prueba de fuerza, estaré encantado."
Fin del cap