—Hablando
(Pensando)
Narración
/Entre medio del dialogo/
Tiempo:
|Sistema:|
Diálogos Especiales
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Aclaración: Ninguna obra, personaje, música, o imagen mas allá de los hechos por mi en esta historia son de mi propiedad. Todos los derechos y agradecimientos para sus respectivos autores.
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Capítulo 3: Nuevos Anónimos y mas sorpresas!
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Había pasado al menos pocos nada de minutos desde que el Expreso Astral tomo vuelo nuevamente a las estrellas, en busca de su proxima parada que el expreso los llevaria. Stelle y lucas aun seguian viendo el maravilloso exterior despues de que zarparan a los Rieles Estelares. Las vistas no eran lo único increíble, si no el propio expreso en si! En terminos de espacio era vasto y acogedor al punto que hasta parecia mas un salon de fiestas de la alta clase que un vagon de tren. La iluminación y el decorado tambien era muy hermoso por donde uno lo viera. Daba la misma sensación de un hogar al que cualquiera podia ser recibido y, quizas? Ese era el punto del Expreso Astral en primer lugar. Un tren que recibe a todos aquellos que quieren ver el universo y su historias. Donde fuera que el tren los llevara por sus rieles.
—Ejem! —Ambos perdieron la concentración para enfocarse en la voz y ambos abrieron los ojos ante lo que vieron. —Estoy aqui.
Ambos nuevos viajeros miraron al pequeño ser frente a ellos, cada uno reaccionando a su manera. Stelle lo miró sorprendida, aún un poco confundida, mientras que Lucas... bueno, Lucas tardó un instante en procesarlo, pero al final solo sonrió al ver al adorable ser frente a él, tan pequeño y tan tierno. ¡Esos cachetes rosados eran irresistibles!
—¿Nos... nos estás hablando... a nosotros? —Stelle preguntó, señalándose a sí misma mientras miraba al pequeño ser con los ojos bien abiertos. Mientras tanto, Lucas no podía evitar sonreír ante lo lindo que era, completamente cautivado por su aspecto.
—¡Por supuesto, tonta! ¿A quién más Pom-Pom le estaría hablando? ¿A la pared? —respondió el pequeño conejo con un tono un tanto irritado por la pregunta, levantando sus pequeñas patitas hacia ambos, como si se dispusiera a darles una lección. —Himeko ya me contó sobre la situación de ustedes. Escuchen bien, novatos. Esto es muy importante, y Pom-Pom solo lo dirá una vez.
Pom-Pom los miró fijamente con una seriedad inesperada para su tamaño, señalándolos con sus patitas.
—Seguro que desde hace rato mucha gente les ha dicho lo especiales que son, pero este es el Expreso Astral, y aquí todo el mundo tiene secretos. Como decidieron subirse a bordo, tienen que cumplir las reglas. Aquí todos somos especiales, ¡así que no lo olviden!
Pom-Pom dijo todo eso con tal seriedad que incluso Lucas y Stelle asintieron sin pensarlo. El pequeño revisor, al ver que estaban prestando atención, sonrió ligeramente.
—Yo soy Pom-Pom, el revisor del Expreso Astral. Si tienen algún problema, vengan a verme.
—¡Oooooh dios, es tan lindo nuestro revisor! Quiero abrazarlo y arrancarle esos cachetes rosaditos! —Lucas dijo con una voz más aguda mientras se agachaba a la altura de Pom-Pom, admirando sus mejillas. Por supuesto, no fue exactamente un halago para el pequeño revisor, quien no pareció muy contento con ese comentario.
—¡Ah! No puedes abrazar al revisor ni quitarle los cachetes. ¡Pom-Pom fue advertido por Himeko sobre ti, gigante! ¡No caeré en tus dulces palabras! —dijo Pom-Pom, su tono irritado pero aún adorable. Sin embargo, esto no hizo nada para frenar las ganas de joder de Lucas.
—Está bien, está bien, no quiero hacer que nuestro revisor se ponga así por un comentario pedorro de mi parte. Pero es que... ¡eres tan lindo que me muero! Oye, Pom-Pom... —Lucas dijo con una sonrisa traviesa, haciendo que el pequeño revisor se sonrojara aún más, mientras golpeaba con su patita en el suelo.
—¿Qué? —dijo Pom-Pom, claramente irritado pero también curioso.
—¡Pom-Pom ping-pom-pum! ¿No suena más divertido? Como una cancion! —Lucas bromeó, haciendo un chiste malo que hizo que Pom-Pom casi estallara de indignación.
—¡Aaah! ¡A Pom-Pom no le gustó tu chiste malo! ¡No te burles de mi nombre! —gritó Pom-Pom, mientras levantaba sus pequeñas patas como si fuera a golpear a Lucas. Pero eso solo hizo que Lucas se riera aún más, a tal punto que parecía que se iba a ahogar de la risa.
Stelle, por su parte, rodó los ojos ante la escena, sin poder contener una sonrisa. Pom-Pom, avergonzado y algo irritado, comenzó a moverse con sus pequeñas patitas, alejándose lentamente de los dos mientras su rubor no desaparecía. Dejó a ambos nuevamente solos, pero no antes de darle una última mirada a Lucas, aún ligeramente indignado por la interacción.
—Eres imposible —Stelle murmuró, dándole un pequeño golpe en el costado a Lucas, como para intentar que se calmara un poco. Pero, claro, Lucas no podía parar de reírse mientras se limpiaba una lágrima de la cara.
—¡Oh, dios mío! ¡Este viaje ya valió completamente la puta pena! —Lucas finalmente dejó de reírse mientras se estiraba, tomando un respiro profundo.
Miró alrededor, un poco perdido en sus pensamientos, como si no estuviera seguro de qué hacer a continuación. Stelle compartía la misma sensación, ya que tampoco recordaba si Himeko les había dado alguna indicación clara sobre qué hacer después de abordar. Dan Heng y Marzo probablemente se habían ido a sus habitaciones o a otros vagones. Por ahora, en su vagón, solo quedaban ellos, Pom-Pom —que seguía limpiando con su escoba de tamaño mini, un tanto molesto, pero igualmente adorable— y Welt, quien acababa de entrar al vagón.
—Veo que ya conocieron a nuestro revisor. Espero que no lo hayan molestado mucho —dijo Welt con una sonrisa leve, posando su mirada en Lucas, quien se hizo el inocente mientras respondía con un tono divertido, sus ojos brillando de picardía.
—Bueno, nos sorprendió bastante ver quién sería nuestro revisor... ¡una sorpresa linda, sin duda! Pero, dejando eso de lado, queríamos preguntarte qué debemos hacer ahora. O sea, no creo que simplemente sentarnos y esperar sea lo único que nos toca.
Welt asintió con una sonrisa nostalgica mientras caminaba hacia el pequeño duo, su tono calmado pero seguro que denotaba su experiencia y edad.
—Bueno, eso es bastante obvio. Pero, siendo justos, hay pocas cosas que hacer por ahora, hasta que lleguemos a la siguiente parada del Expreso. Por ahora, tenemos tiempo, tiempo suficiente para que se puedan conocer mejor entre ustedes antes de empezar a trazar caminos más importantes. —Se detuvo un momento, como si pensara en algo más. —Hablando de eso, creo que hay varias cosas que debo decirles. Seguro que aún tienen muchas preguntas sobre el Expreso y el universo. —Welt giró para caminar hacia la zona más cómoda del vagón. —Por favor, vamos a sentarnos y hablar más cómodos.
Ambos jóvenes, el pelinegro y la peli gris, siguieron al mayor miembro del Expreso, caminando a su lado mientras sus ojos exploraban el entorno del vagón con más detalle. La arquitectura era impresionante, tan sofisticada y acogedora que parecía un salón de lujo más que un simple vagón de tren. Cada rincón estaba lleno de detalles que reflejaban la sensación de estar viajando no solo a través del espacio, sino también en el tiempo mismo.
Los tres se sentaron, acomodándose de acuerdo a sus preferencias. Welt, siendo el más experimentado y sereno, fue quien rompió el silencio primero.
—Bueno, ahora que todo está más calmado y aclarado, creo que es momento de ayudarles a entender mejor todo lo que puedan tener en mente. Adelante, pregunten. Oh, y Lucas... —su tono cambió un poco, como si se acordara de algo importante.
—¿Huh? Sí, Welt, ¿qué pasa? —Lucas levantó una ceja, curioso mientras estiraba las patas un poco mirando al mayor.
—Quería agradecerte de manera clara. No pude hacerlo antes, en la estación espacial, por todo el cúmulo de cosas que pasaron, pero ahora quería decirte que te agradezco por haber salvado a Marzo y a los demás —dijo Welt, con su voz habitual, algo cansada, pero con una genuina gratitud.
Lucas se quedó en silencio por un momento, luego soltó una pequeña risa y se frotó el cuello, claramente incómodo con el agradecimiento mientras trato de pensar como responder. Stelle se le rio un poco al verlo asi.
—Vamos, Welt, no hace falta agradecerme. Ni siquiera me acuerdo bien de qué pasó. Según me dijeron, salvé a Marzo de algo que llamaban la "bestia del juicio final", pero más allá de eso... no sé mucho.
Welt asintió, aunque su expresión seguía siendo seria.
—Es cierto que debe ser difícil recordar todo eso, dada la cantidad de cosas que debiste atravesar, pero lo que importa es que lo hiciste. Y por lo que me dijeron, no dudaste ni un segundo en ponerte en riesgo para salvarla. Eso te hace un héroe. —Welt sonrió levemente, casi como si se estuviera burlando de sí mismo. —¿Sabes? Tanto tú como Stelle me recuerdan a los protagonistas de esas historias que solía leer. Siempre haciendo lo correcto, metiéndose en líos, atrayendo problemas donde sea que vayan. —Suspiró, con una leve sonrisa nostálgica y algo envidia guardada en lo mas profundo de ella. —Pero bueno, supongo que me estoy extendiendo innecesariamente. Los traje aquí para que me preguntaran lo que necesiten, no para hacer un discurso sentimental.
Se acomodó los lentes, su tono volviendo a la normalidad y dandoles apertura a preguntar. Stelle siendo quien tomo la bandera.
—Bueno, ya que hablamos de preguntas y dudas... Señor Yang, ¿podría explicarnos qué es el Estelaron? Digo, según Herta, es algo así como una bomba, pero mi cuerpo, y usted, lo pudieron contener. ¿Podría decirnos más sobre ello? —Stelle hizo la pregunta, claramente interesada, mientras Lucas escuchaba con atención.
Welt suspiró, respiró hondo y se acomodó en su asiento antes de hablar.
—Lamentablemente, no sabemos mucho sobre el Estelaron en sí. Su origen y quién lo creó siguen siendo un misterio, pero al menos tenemos algunas ideas claras. —Hizo una pausa, observando a ambos jóvenes antes de continuar. —Primero, lo más importante: el Estelaron es una forma de vida completamente distinta a las demás. Son objetos peligrosos, letales. Se les puede comparar con... ¿una semilla del caos? —Se quedó pensativo un momento, como si buscara las palabras adecuadas. —La Corporación de Paz Interastral los llama "Cánceres de los Mundos". Un término respaldado por muchos hechos y observaciones, porque su naturaleza es tan destructiva que pueden poner en peligro la totalidad de un planeta. Y el Estelaron que tiene Stelle... es una de esas semillas.
Stelle asintió lentamente mientras se toco el pecho, procesando la información, mientras Lucas se mantenía callado, prestando toda su atención.
—El Estelaron tiende a inclinarse hacia una Via o Eón específico, dependiendo del planeta donde se encuentre, pero eso no cambia el hecho de que su poder es destructivo y peligroso. Donde sea que haya un Estelaron, hay caos. Siempre. —Welt levantó la vista, como si visualizara los muchos lugares donde habían ocurrido catástrofes por el Estelaron. —Y por último... El Estelaron genera algo llamado Fragmentum. Es una especie de "contaminación" del espacio de ese mundo, distorsionando todo a su paso. No es solo la explosión de su poder... es un efecto persistente que va corroyendo todo a su alrededor y creando horribles criaturas corrompidas por la corrosion del estelaron. Como tal no sabemos cuanto tiempo stelle puede contener la energia del estelaron en su cuerpo, de por si el hecho de que un cuerpo humano pueda hacerlo es un hecho inédito que nunca paso. Eso sin contar su relacion con los cazadores de estelaron y el por que la dejaron a su suerte en la estacion durante el ataque de la legion.
—¿Y quiénes son esos de la Corporación? —Lucas preguntó, levantando una ceja con curiosidad intentando aliviar el ambiente, cosa que welt noto.
—Para resumirlo y no aburrirlos con una explicación excesivamente larga, la Corporación de Paz Interastral, o IPC, es una mega corporación interestelar responsable de la economía a lo largo de todo el cosmos. Básicamente, controlan el flujo de recursos y mantienen el orden en muchos sectores. Sus miembros son en su mayoría fanáticos o seguidores de los principios del Eon de la Conservación, Qlipoth. —Welt hizo una pausa, mirando a ambos jóvenes antes de continuar—. Son una de las autoridades más poderosas del universo, pero no son los más influyentes.
—¿Los más influyentes? —Stelle se mostró intrigada, esperando una respuesta más.
—Sí, esa distinción pertenece a los Mediadores.
—¿Mediadores? —Lucas repitió, interesado.
—Exacto. Los Mediadores son la facción más poderosa y con mayor influencia en todo el cosmos, incluso por encima de la IPC. Son los seguidores y manos del Eon del Equilibrio, HooH. Su función principal es actuar como los guardianes de la estabilidad del universo, determinando los límites y el balance de cada facción. Aunque el número de Mediadores es pequeño, su poder y versatilidad son tan grandes que no pueden ser desafiados sin sufrir consecuencias devastadoras. —Welt se acomodo los lentes de una manera que lucas sintio familiar. —Antes de que los Mediadores consolidaran su poder, la IPC no tenía realmente a nadie que la detuviera en su expansión y explotación de recursos entre planetas. Aunque no son completamente desmedidos, siempre han tenido la capacidad de hacer lo que se les antoje. Los Mediadores surgieron para ponerle un freno a su excesivo poder y, gracias al apoyo directo de HooH, su bajo número nunca ha sido un obstáculo real. Es una balanza del orden, y los Mediadores son quienes la mantienen.
Tanto Lucas como Stelle asintieron, aunque sus expresiones reflejaban emociones mezcladas. Estaban absorbiendo mucha información, pero aún podían seguir el ritmo. Lucas tomó aire, exhaló con calma y miró a Welt, quien le dedicó una sonrisa comprensiva.
—Welt, tengo dos preguntas más —dijo Lucas, inclinándose ligeramente hacia adelante—. La primera es sobre el Expreso. ¿Qué tipo de combustible usa? No creo que sean estrellas ni nada por el estilo, ¿verdad?
Stelle también mostró más interés en la respuesta, intrigada por el funcionamiento del tren. Welt soltó una leve risa antes de responder.
—No, Lucas, no usamos algo tan común como estrellas. El Expreso funciona gracias al "Trazar Caminos". Cada vez que exploramos nuevos lugares y seguimos adelante en nuestra travesía, esta acción se convierte en energía que impulsa al tren. Mientras continuemos viajando, el Expreso podrá seguir saltando a diferentes rincones del universo en cuestión de segundos gracias a la tecnología del salto.
Lucas asintió lentamente, procesando la información, pero tenía otra duda en mente.
—Eso tiene sentido... Supongo. Y mi otra pregunta es sobre las Vías y la Energía Imaginaria. Le pregunté a Dan Heng antes, pero no pudo explicarme bien por qué peleamos contra los miembros de la Legión.
Welt tomó un breve respiro antes de responder.
—La Energía Imaginaria es, en términos simples, una de las formas más maleables y poderosas de energía que existen. Puede adoptar cualquier forma y usarse para alterar la realidad de maneras sorprendentes. Sin embargo, en grandes cantidades o sin control, puede generar situaciones catastróficas.
Por un instante, la mirada de Welt se oscureció ligeramente al mencionar esto, algo que solo Lucas notó. Sin embargo, antes de que pudiera preguntar, el hombre continuó hablando.
—En cuanto a las Vías... Es bastante sencillo. Como los Eones representan conceptos filosóficos, cada uno abre un camino, una "Vía", que es la fuente de su poder. Aún no sabemos con certeza qué papel juegan en el gran esquema del universo, pero lo que sí sabemos es que quienes se alinean con los principios de una Vía pueden extraer poder de ella. Esto sucede de forma consciente o inconsciente, pero suele requerir una voluntad lo suficientemente fuerte y una mentalidad suficientemente definida.
—Entonces, ¿cualquiera podría hacerlo? —preguntó Stelle.
—No exactamente. Hay personas especiales que tienen una conexión más profunda con los Eones y su poder. Los Eones, al ser los dominantes de su propia Vía y la energía que emana de ella, pueden convertir a ciertos individuos en "Emanadores". Es decir, les otorgan poder directamente, haciéndolos más cercanos a su voluntad y propósito.
—Pero también hay quienes extraen ese poder sin siquiera darse cuenta —añadió Welt—. En algunos casos, las personas pueden alinearse instintivamente con una Vía y aprovechar su energía sin ser conscientes de ello. A estos individuos, ya sea que reciban el poder directamente de un Eón o lo obtengan de manera inconsciente, se les conoce como "Caminantes de las Vías".
Welt hizo una breve pausa antes de concluir:
—No importa de dónde vengan o quiénes sean. En teoría, cualquiera en esta vasta galaxia puede extraer, aunque sea en pequeñas cantidades, el poder de los caminos. Y ustedes no son la excepción —dijo Welt con una leve sonrisa—. Lo que me lleva a algo importante que debo comentarles.
Welt les lanzó una mirada con cierta diversión, lo que puso en alerta a los dos jóvenes.
—Verán, técnicamente... aún no son miembros oficiales del Astral Express.
—¿Qué? —exclamó Stelle, completamente confundida—. Pero si ya estamos aquí, ¿eso no significa que somos parte del equipo?
—No podía ser tan fácil, ¿verdad? —Lucas suspiró mientras se desinfla en el sofa—. Entonces, ¿qué tenemos que hacer?
Welt dejó escapar una pequeña risa.
—Bueno, no es nada demasiado complicado. Si fuera por Marzo, seguro diría que tienen que pasar por mis famosas "18 pruebas" —comentó con un deje de diversión mientras ambos se miraron diciendo mentalmente de que eso seria algo que marzo diria—. Pero la realidad es que Himeko está preparando todo para que ambos sean oficialmente parte del Astral Express.
—Eso suena demasiado formal —murmuró Stelle.
—Es más una cuestión de compromiso que de formalidad —aclaró Welt—. Unirse al Express no es solo abordar un tren y viajar; significa abandonar cualquier zona de confort que hayan tenido en favor de la aventura y lo desconocido. Una vez tomen su decisión, no habrá vuelta atrás. Ser un Anónimo significa aceptar que el viaje no siempre será fácil, pero será significativo.
Lejos de desanimarse, ambos simplemente intercambiaron miradas, como si la explicación de Welt fuera algo redundante. ¿Realmente parecía que no querían estar aquí? No es como si tuvieran otro lugar al que ir o algo que los esperara allá afuera. El universo era vasto si, pero para ellos, no había hogar, solo incertidumbres. En un sentido más simple, solo se tenían el uno al otro. Y eso bastaba.
—Por cierto, lucas? Has averiguado mas del sistema antes de zarpar?.
Lucas miró a Welt, pensativo. ¿Cuánto sabía realmente del sistema? ¿Cuánto debía contarle? Aunque en su mente pasó un buen rato debatiéndolo, en la realidad solo tardó un par de segundos en responder con firmeza:
—Pues... no mucho. Más allá de lo obvio y algunas cosas bastante locas. Verás, cuando estuvimos con Herta, nos hizo probar algo llamado "Universo Simulado", pero el sistema lo infestó, lo alteró por completo y me mandó a otro lugar.
Hizo una breve pausa antes de continuar:
—Ahí hablé con un eón, el de la Exultación. Me dio una máscara que dejé con Herta y me dijo que no era el único... que hay muchos más que quieren verme y hablar conmigo.
Lucas cruzó los brazos y suspiró.
—Herta cree que se refería a los otros eones, pero lo raro es que el sistema puede evitar que me encuentren... a menos que yo lo permita. Aparte de eso, no descubrí mucho más.
Lucas chasqueó los dedos de repente.
—¡Oh, cierto! También obtuve una nueva habilidad. Miren.
Se sentó más firme y, tras un segundo, sus ojos marrones se tornaron de un amarillo intenso, brillando como llamas vivas. Welt y stelle abrieron los ojos con sorpresa.
—Estos son los Ojos de Mono. Mejoran mi vista y potencian mis otros sentidos. ¡Genial, ¿no?!
—Sin duda lo es... —Welt se acomodó los lentes, mirándolo con curiosidad—. Pero, ¿no te cansa mantenerlos activos? Recibir tanta información sensorial de golpe no debe ser fácil de manejar.
Lucas parpadeó, extrañado.
—¿Eh? No, se siente bastante normal. Obvio que aún me estoy acostumbrando a mi cuerpo, pero no es tan dramático. Ahora mismo, por ejemplo, puedo oír a March cantando en su cuarto, a Dan Heng tecleando algo... y creo que Himeko está preparando una bebida. Café, tal vez.
—Ejem... bueno, mientras estés bien, no hay problema. Pero, Lucas, ¿has probado tocar las palabras del sistema? Tal vez haya más información. Algunos juegos simplifican la descripción de habilidades para no saturar al usuario, pero si accedes a los detalles, podrías obtener datos más precisos.
Lucas se llevó una mano al mentón, pensándolo un momento.
—Mmm... Suena logico. No pierdo nada intentándolo. ¡Abrir Estado!
La pantalla apareció frente a él... pero no era la que esperaba. En su lugar, una nueva notificación brillaba en el aire.
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|Se ha creado una nueva misión de la rama de los Trazacaminos!|
|Misión del Trazacaminos: Iniciando el verdadero viaje como un Anónimo|
|Rango: F|
|Descripción: Akivili, el Eón Trazacaminos, creó el Expreso Astral con un único propósito: recorrer el universo hasta su final. A su lado viajaron innumerables almas de distintos mundos, unidas por el mismo deseo de explorar lo desconocido. Fue el Eón más cercano a la humanidad, desde el principio hasta su misteriosa desaparición. Con su ausencia, el Expreso quedó en silencio. Hasta que alguien decidió reactivarlo. Ahora, el destino te ofrece una oportunidad única: seguir la senda de Akivili, trazar nuevos caminos a través del cosmos y continuar su sueño hasta el último destino.|
|Objetivo Principal|
|Convierte oficialmente en un miembro del Astral Express y vuélvete un Anónimo|
|Recompensas: [Via Del Trazacaminos] / Habilitación de Misiones Semanales y diarias / 1000S / Apoyo Astral.
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—Oh... Por supuesto que esto pasaría. —Lucas comentó con voz plana y una expresión igual de vacía mientras observaba lo que sucedía. Este sistema sí que tenía un buen sentido del oportunismo.
—Déjame adivinar... ¿el sistema te dio una misión? —preguntó Stelle, notando esa mirada familiar en Lucas. Su respuesta fue un simple asentimiento, sin necesidad de palabras.
Sin dudar, Lucas compartió los detalles de la misión con ellos. Welt captó rápidamente lo esencial: el sistema era increíblemente leal a Lucas, impulsando su crecimiento de distintas maneras.
Pero algo en él no terminaba de encajar.
—(Aún si ese es el caso... Un poder así no viene sin una agenda oculta o un precio. ¿Qué busca el sistema al volver a Lucas más fuerte? Y, más importante... ¿qué es realmente esta cosa para tener tal autoridad sobre los eones?) —Welt lo observó en silencio mientras Lucas seguía sus indicaciones, con Stelle a su lado, visiblemente aburrida por no poder ver nada. —(No sé por qué... pero tu mera presencia ya debe haber cambiado el rumbo de muchas cosas. No solo para nosotros...)
Sus ojos se oscurecieron un poco mientras recuerdos de su pasado cruzaban su mente. Un pasado que deseaba dejar atrás... y que no quería que nadie más tuviera que repetir.
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Un rato más tarde, en el salon vagón donde se encontraban nuestros amigos, cada uno estaba en sus propios asuntos cuando Welt decidió retomar la conversación pendiente.
Además de informarles que ahora serían miembros oficiales del Expreso Astral, les mencionó que Himeko estaba considerando dónde alojarlos. Y ahí estaba el problema: a pesar de su tamaño, el Expreso tenía ciertas limitaciones en cuanto a alojamiento.
—¿Cómo que no hay suficiente espacio? —preguntó Stelle con el ceño fruncido.
Lucas, con los brazos cruzados, también miró a Welt con curiosidad.
—Sí, o sea... ¿no hay más habitaciones? —añadió.
Welt suspiró, como si ya esperara esa pregunta.
—Verán, hace mucho tiempo, incluso antes de que Himeko reparara el Expreso, Pom-Pom nos contó que hubo un miembro que... digamos que modificó un poco la estructura del tren.
—¿"Modificó"? —Lucas repitió, arqueando una ceja.
—Explotó parte del Expreso —aclaró Welt, frotándose el puente de la nariz—. Ocurrió cuando Akivili todavía viajaba con nosotros. Pom-Pom nunca quiso dar muchos detalles sobre quién fue, solo lo llama el peor miembro que el Expreso haya tenido el mal placer de conocer.
Stelle y Lucas intercambiaron miradas, ambos procesando esa información con una mezcla de asombro y preocupación.
—Nah, pero que pedazo de hijo de puta mal cagado ese. Pero como mierda logro hacer algo asi? Uso una bomba?. —Lucas pregunto a welt quien nego con la cabeza al no saber.
Pero, volviendo al tema original, el verdadero problema era Lucas. Stelle podía dormir sin problema en la habitación de Marzo, y sabiendo lo entusiasta que era la chica de hielo, seguramente estaría encantada de compartir espacio con su nueva compañera trazacaminos.
Lucas, en cambio, era otro asunto.
Para empezar, su tamaño hacía que una cama estándar le quedara pequeña y, por si fuera poco, no había frazadas lo suficientemente grandes para cubrirlo por completo. Luego estaba el problema del espacio en sí.
—No me importa dónde dormir, con tal de que sea cómodo —dijo Lucas con simpleza.
—El problema es que no hay un lugar cómodo para alguien como tú —respondió Welt con un suspiro.
Los archivos, donde Dan Heng dormía, ni siquiera eran una habitación. Como su nombre indicaba, era el espacio donde se almacenaban todos los archivos de información del Expreso. Dan Heng simplemente lo había adoptado como su dormitorio, y como Pom-Pom era demasiado perezoso para sacarlo de ahí, seguía durmiendo allí sin inconvenientes. Pero si Lucas tuviera que compartir el lugar con él, el espacio sería demasiado reducido para ambos. Además, hacerlo dormir en el suelo sería simplemente grosero. Lucas no era como Dan Heng, que se acomodaba en un futón sin inmutarse.
Ante la falta de opciones, Welt sugirió que ambos durmieran en la habitación de Marzo. Conociéndola, dudaba que tuviera problemas en recibirlos, y el espacio era lo suficientemente amplio y cómodo para los tres. Con algo de esfuerzo, Lucas podría dormir en algún rincón sin molestias.
La idea no era descabellada, pero el tema del género complicaba la situación. Aunque ni Welt ni Himeko pensaban mal de Lucas ni creían que tuviera intenciones inapropiadas con Marzo, seguía siendo un asunto delicado.
Especialmente porque, entre la confusión de recuerdos rotos en su cabeza y su aparente indiferencia ante cualquier gesto de Stelle —quien prácticamente se le había subido encima sin que él reaccionara—, Lucas parecía tener un autocontrol impresionante... o simplemente no le importaba en absoluto.
Tampoco Welt podía alojarlo. Su habitación estaba repleta de pertenencias, incluyendo figuras a escala y otras cosas que prefería no mencionar por vergüenza que hacia imposible para el viajero del tiempo dormir ahi sin armar un quilombo por el o por welt.
Himeko era la última opción, pero Welt no tenía nada que opinar al respecto, ya que ella aún no había dicho nada. La decisión quedaría en espera hasta que llegara para dar su respuesta.
Y esa respuesta no tardó en llegar cuando la puerta del vagón de pasajeros se abrió, revelando a Marzo, Dan Heng y Himeko acercándose a ellos. Welt se puso de pie y los demás lo siguieron, mientras Pom-Pom llegaba con un par de insignias doradas en sus pequeñas patas.
—Lucas, Stelle... ¿Aún piensan en convertirse en Anónimos? —preguntó Welt con seriedad, observándolos con atención.
El resto los miraba expectante. Marzo y Himeko sonreían, Dan Heng mantenía su expresión neutral de siempre, y Pom-Pom escondía su emoción tras su gesto habitual.
Lucas miró a Stelle y luego al grupo, cruzándose de brazos con una sonrisa confiada.
—¿Y perderme la oportunidad de recorrer la galaxia? ¡Ni loco! Quedarme quieto en un solo lugar me suena más aburrido que ver pintura secarse ahora con todo esto. ¿Quién diría que un boludo como yo tendría la chance de viajar por el universo? ¡Sería un desperdicio absoluto no aprovecharlo! —Luego miró a Stelle con diversión—. Y vos, mapache, ¿te subís al tren de la aventura o te quedás en la estación dudando?
Stelle soltó una leve risa ante el apodo, mirándolo con una sonrisa antes de responder con determinación similar.
—¿Y dejar que hagas locuras sin supervisión o sin mi? Ni en sueños. Aún tengo muchas preguntas, pero si hay algo que sé, es que este lugar nos recibió cuando no teníamos nada. Y quiero descubrir lo que hay allá afuera... pero con ustedes.
—Ya veo... —dijo Dan Heng con su tono calmado—. Entiendan que una vez hecho esto, no hay vuelta atrás. Ser un Anónimo significa dejar el pasado atrás para abrir un camino hacia el futuro.
—Explorar los rincones más lejanos del universo será mucho más emocionante que quedarse mirando hacia dentro de uno mismo —añadió Marzo con entusiasmo.
—Vuestros hogares ya no serán los lugares que conocéis y amáis, sino las estrellas lejanas —aportó Himeko, con una sonrisa melancólica.
—Por encima de todo, convertirse en Anónimo significa que las responsabilidades que asumirán superan con creces las recompensas que obtendrán —finalizó Pom-Pom, con una mirada seria—. Ahora que saben lo que implica... ¿siguen queriendo ser uno?
El silencio se apoderó del vagón por unos momentos.
Lucas miró a todos, pensativo. Luego, con una sonrisa confiada, se golpeo el pecho y dijo.
—Si voy a ser un Anónimo, al menos quiero ser el más ruidoso de todos, que mi nombre termine escrito en las putas estrellas!.
Stelle, con una sonrisa tranquila hizo lo mismo que el.
—Entonces hagámoslo juntos.
Marzo saltó de emoción, Dan Heng asintió con aprobación y Himeko dejó escapar una pequeña risa mientras welt los miraba, envidiando la energia de su juventud. Pom-Pom, sin perder la compostura, agitó sus orejas con orgullo y felicidad casi desmedida.
—Ya que tanto Stelle como Lucas tomaron su decisión, ¡reunámonos y demos la bienvenida formal a los nuevos miembros de la tripulación del Astral Express!
—Espero que no tenga que ver con compartir sangre... —dijo Stelle de la nada.
Lucas la miró con una mezcla de confusión y horror.
—¿De dónde mierda sacaste esa idea?
—Del internet...
—... Me da miedo saber quién de los dos está peor del coco, tú o yo —respondió Lucas con cara plana.
Stelle le lanzó una mirada fulminante, pero antes de que pudiera replicar, Pom-Pom carraspeó con impaciencia.
—¡No es nada de eso! Recitemos el credo de los Pioneros. Ahora, ustedes dos, por favor repitan después del gran Pom-Pom.
Hubo un breve silencio, hasta que Marzo, con una risa burlona, murmuró en voz baja:
—Igual qué miedo, ¿no? Imagínense si tuviéramos que hacer un pacto de sangre de verdad...
Lucas y Stelle se miraron, luego a Pom-Pom... y después a welt, que solo rio como si estuviera lidiando con un par de niños problemáticos.
—Por favor, empecemos de una vez... —murmuró con una mirada de nostalgia en sus ojos.
Uno: Sin importar el flujo ni el reflujo del destino, nunca nos quedaremos dentro de las líneas.
Dos: Incluso frente a mares tempestuosos, siempre avanzaremos juntos.
Tres: Aunque la partida no sea nuestra, lucharemos por lo justo.
Cuatro: Si el mundo nos olvida, no miraremos atrás, sino hacia adelante.
Cinco: Por muy sombrío que se torne el cosmos, seremos la luz que ilumine la noche.
Seis: Incluso cuando el camino esté lleno de enigmas y ruedas dentro de ruedas ¡seguiremos adelante!
Que este viaje nos guíe hasta las estrellas.
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De la nada, el silencio se hizo presente.
Nadie habló. Nadie se movió.
El eco de las últimas palabras del juramento quedó suspendido en el aire, como si el universo mismo estuviera esperando algo más. Pero nada pasó. No hubo un destello épico, ni un coro celestial, ni una sensación de iluminación trascendental. Solo... silencio.
Lucas carraspeó incómodo y miró a Stelle de reojo, quien parpadeaba con la misma confusión. Dan Heng, como siempre, mantenía su expresión imperturbable, pero se podía notar el más mínimo parpadeo de incomodidad en sus ojos. Himeko simplemente estaba cruzada de brazos como esperando que alguien diga algo. Welt ajustó sus lentes con calma, aunque la forma en que lo hizo delataba que estaba buscando una forma de salvar la situación tan incomoda del momento.
Y Pom-Pom... Pom-Pom solo los miraba con expectación, balanceando sus orejas, esperando alguna reacción.
La tensión era casi tangible. Si alguien hubiera soltado un solo suspiro en ese momento, habría sonado como una explosión.
Pero antes de que cualquiera pudiera reaccionar, Marzo —que había estado conteniendo su incomodidad hasta ese momento— finalmente explotó con una expresión de total vergüenza.
—Uhh... esto es un poco cringe... ¿Creen que podemos omitir esta parte de la iniciación la próxima vez?
La tensión se rompió de golpe.
Lucas soltó un bufido de risa. Stelle se llevó una mano a la cara, intentando no reírse demasiado fuerte. Himeko dejó escapar una suave carcajada, mientras Dan Heng, aunque no lo admitiera, movió ligeramente la cabeza con resignación con welt que hizo lo mismo pero con una sonrisa.
—Hey, Siete de marzo! No arruines el momento!. —Le grito pom-pom a ella mientra uso sus patas para darles a lucas y stelle sus insignias.
—¿Qué? ¡Díganme que no sintieron lo mismo! —protestó ella, señalando a los demás—. Quiero decir, suena genial y todo, pero decirlo así en voz alta... me da escalofríos.
Pom-Pom infló las mejillas con indignación.
—¡El credo de los Trazacaminos no es cringe! Es tradición. Respétenla.
—Sí, sí, claro... tradición —dijo Marzo, agitándose las manos—. Pero igual podríamos hacerlo con más emoción la próxima vez, ¿no? Tal vez con música épica de fondo.
Lucas se cruzó de brazos, fingiendo pensarlo.
—O podríamos hacer una versión más corta... algo como: "¡Viajemos y que la galaxia nos aguante!"
—¡Eso es aún peor! —protestó Pom-Pom, indignado.
El ambiente incómodo se desvaneció por completo con las risas del grupo. Aunque el credo sonaba solemne, no cambiaba el hecho de que eran un grupo único, con su propio ritmo y manera de hacer las cosas.
El viaje apenas estaba comenzando.
Ambos observaron sus insignias por un momento, como si quisieran grabar en sus mentes el peso de su decisión. Luego, sin dudarlo más, se las colocaron.
Stelle fijó la suya en el cuello izquierdo de su abrigo, justo sobre el pecho, con un movimiento firme. Lucas, viendo su elección, sonrió levemente y decidió seguir su ejemplo, pero colocándola en la dirección contraria de su propio abrigo.
La tensión del juramento se disipó poco a poco, y el ambiente en el vagón comenzó a relajarse. Incluso Pom-Pom, aún un poco indignado por el comentario de Marzo, se acomodó con aire de importancia.
Todo volvía a la normalidad... o al menos, eso parecía.
Justo cuando el silencio regresaba con una calma más natural, una luz cegadora envolvió repentinamente a Lucas.
—¡¿Eh?! —exclamó él, sorprendido, mientras su cuerpo era envuelto en un resplandor que parecía vibrar con energía propia.
No solo eso... El Astral Express entero comenzó a brillar con la misma intensidad. La luz recorrió cada rincón de cada vagón, danzando por los pasillos, envolviendo paredes, techos y suelos, como si el tren mismo estuviera reaccionando a su presencia.
—¡¿Qué está pasando?! —gritó Marzo, llevándose una mano a la frente para cubrirse del resplandor.
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Tiempo: ???
En una ciudad lejana, vibrante y caótica, la vida nunca se detenía. Calles repletas de locales brillantes y tentadores, esquinas llenas de murmullos y promesas, y un constante ir y venir de gente atrapada en su propio ritmo. Entre todo ese bullicio, un imponente rascacielos de lujo se alzaba por encima del desorden, un refugio para un grupo peculiar de individuos.
Uno de ellos era un hombre alto y delgado de tez blanca, con cabello negro degradado a rojo en las puntas y ojos rojos. Lleva un aro rojo en su oreja derecha y viste una chaqueta negra con detalles rojos y dorados, con un vendaje en el brazo. Debajo, tiene una armadura dorada con decoraciones negras y rojas. Usa pantalón gris con vendajes oscuros en la parte inferior y zapatos negros de suela blanca. Este se mantenia estoico sin moverse de una esquina con los ojos cerrados y cruzado de brazos.
Otro del grupo era una chica enana de tez blanca con cabello y ojos plateados. Lleva una gran coleta teñida de azul al final, sobre el flequillo lleva unas gafas aparentemente de protección. Va vestida con una chaqueta corta negra y azul, bajo la cual lleva una camiseta corta blanca. En la parte inferior lleva un pantalón corto con un cinturón blanco con bolsillo y varios adornos, en la pierna derecha tiene una tirita azul claro. Sus botas son negras con adornos azules. En sus manos lleva unos guantes sin dedos.
Ella se quedaba inclinada afuera con una consola de juegos mientras esta parecia disfrutar de su juego de una forma algo...Curiosa. Si uno veia el chat del juego habia todo tipo de mensajes contra ella por decir que hacia trampa y como respuestas ella solo ponia "Skill Issue GG".
La ultima de ahi era una mujer joven con cabello color vino tinto que se ata en una coleta desordenada, con dos flequillos sueltos colgando a cada lado. Sus ojos son de un color similar, más claro. Tiene gafas de sol oscuras quevedas en la parte superior de la cabeza y un arete de perla en la oreja derecha.
Viste una camisa de vestir blanca junto con una chaqueta negra que cuelga de sus hombros. Hay un broche de mariposa plateado en su solapa izquierda. En la espalda hay un gran patrón en forma de araña en el centro, junto con telarañas en ambos hombros, con un interior de color burdeos. Hay correas de color sangría con detalles dorados tanto en la chaqueta como en los muslos, y guantes de un tono similar.
Viste pantalones cortos negros de cintura alta y medias de nailon, con una liga en el muslo en la pierna derecha. Ella también usa dos botas negras de diferentes longitudes: sobre la rodilla en la pierna derecha, ligeramente sobre el tobillo en la izquierda.
Ella era Kafka. Miembro de los Cazadores de Estelaron y subordinada del esclavo del destino, Elio. Una de las, si no la, mujer más buscada por la IPC, con una recompensa tan absurda que haría que los ojos de cualquiera se salieran de sus cuencas por la cantidad de ceros detras de su nombre.
Pero lo curioso no era que ella estuviera allí, sino que tres Cazadores estuvieran reunidos en la misma habitación sin razón aparente, simplemente pasando el tiempo. Silver Wolf, como siempre, absorta en sus juegos; Blade, cumpliendo su rol de silencioso e intimidante como de costumbre; y Kafka, sosteniendo una copa de vino mientras observaba el paisaje exterior con su perpetua sonrisa enigmática y seductora.
—Oye, Kafka. —Silver Wolf llamó a la mujer, quien la miró con interés.
—¿Mmm? ¿Qué pasa, Wolfie? ¿Acaso perdiste en tus jueguitos? —respondió con su voz suave y encantadora, tan dulce como peligrosa.
—¡Hmph! ¿En serio crees que perdería en un juego? Por favor. —Bufó, cruzándose de brazos ante la provocación de la pelivino—. No, quería preguntarte por qué nos llamaste aquí. ¿Acaso Elio te dio nuevas partes del Guion tan pronto?
Kafka guardó silencio por unos segundos. Era una buena pregunta. A pesar de ser compañeros, no era común que se reunieran sin motivo. Normalmente, cada uno estaba ocupado con sus misiones, y Kafka, más que nadie, siempre tenía algo que hacer. Blade la observó en silencio, atento. Kafka, en cambio, solo rió bajo, con un tono extraño... como si aún estuviera procesando algo.
—No. Lo que pasa es que Elio me dio luz verde para decirles que el Guion ya no sirve.
Silver Wolf abrió los ojos como platos.
—¡¿Wow, espera, espera?! ¿Cómo que ya no sirve? ¡Explícate mejor y no sueltes una bomba así sin contexto!
—Es exactamente lo que dije. —Kafka se encogió de hombros, sin apartar la mirada de la ciudad—. El Guion de Elio ya no sirve. Me lo dijo hace poco.
—¿Y por qué? —Silver Wolf frunció el ceño.
—Aparentemente, surgió una variante repentina. Algo que nadie, absolutamente nadie, esperaba porque su probabilidad de existir era cero... y sin embargo, aquí está. Lo curioso es que esto ocurrió justo cuando tú y yo nos fuimos de la Estación Espacial.
Blade, quien hasta ahora había permanecido en completo silencio, habló con su característico tono monótono:
—¿Entonces qué haremos ahora?
Para la mayoría, su voz no transmitía emoción alguna, pero Kafka podía notar la ansiedad oculta en sus palabras.
—Por ahora, Elio dijo que sigamos con lo nuestro y el plan. Pero además, quiere que recopilemos información sobre esta variante inesperada: nombre, edad, sexo, altura, todo. Jeje, quiere hasta el último detalle sobre esta persona. Así que, Wolfie, te lo dejo a ti.
Kafka le dedicó una sonrisa a la hacker, quien, lejos de mostrarse preocupada o inquieta, parecía más motivada que nunca.
—¿Una sola persona puede hacer todo esto... solo por existir? Hmm... Bueno, revisaré las cámaras de la estación más tarde. Si todo ocurrió justo cuando nos fuimos, solo tenemos que recuperar la información de ese momento. Quién sabe, tal vez nuestra "variante" siga allí.
Silver Wolf se detuvo por un momento y la miró de reojo.
—Eso me lleva a otra pregunta, Kafka... ¿Qué hacemos con esta variante? ¿Cortamos la conexión?
El ambiente se volvió más tenso, pero Kafka simplemente giró su copa de vino en la mano antes de responder.
—...No.
—¿No? —Silver Wolf arqueó una ceja.
—Elio no ha dicho nada sobre eliminarlo. Hasta donde sabemos, esta variante podría ser una carta trampa que nos permita saltarnos muchos pasos... o podría convertirse en nuestra peor pesadilla. Por ahora, Elio dijo que no puede hacer nada, así que seguiremos observando. Lo único que sabemos con certeza... es que es una persona.
Se quedó en silencio por unos instantes, como si reflexionara sobre sus propias palabras.
—O al menos, es lo que Elio cree.
—¿Lo que Elio cree? Genial. Entonces bien podría ser una tostadora parlante y ni lo sabríamos. —Silver Wolf suspiró, volviendo a concentrarse en su juego. —¿Le dijiste algo de esto a S.A.M.? —Kafka negó con la cabeza. —Ya veo... Bueno, lo que sea. Sea lo que sea esta "variante inesperada", no pienso preocuparme demasiado. —Guardó su consola y se estiró con pereza mientras caminaba hacia la puerta. —En cuanto consiga la data, te la mandaré sin pestañear.
Y sin más, la Pucklorde salió del cuarto, dejando un silencio momentáneo tras de sí.
Blade miró a Kafka por unos segundos, y ella le devolvió el gesto con su característica sonrisa, aunque esta vez, había algo diferente en su mirada.
—¿Pasa algo, Bladie? Te noto... inquieto.
—Eso debería decirlo yo. —Blade cruzó los brazos—. El Guion de Elio se ve amenazado por algo inesperado. Tomando en cuenta los factores en juego, pensaría que estarías más sorprendida.
Kafka soltó una risita baja, dándole un sorbo a su vino antes de responder.
—Oh, lo estoy. En serio, lo estoy... aunque no lo muestre. Pero ya sabes, a veces, hasta el plan más meticuloso puede venirse abajo por la más mínima variación.
Se giró levemente hacia la ventana, observando la ciudad en la distancia. Sus labios mantenían la misma curva juguetona de siempre, pero si uno miraba con atención, en sus ojos danzaba un brillo distinto. Algo que Blade, por supuesto, no pasó por alto.
—Sea quien sea esta variante... ya veremos si es un Joker o una simple carta descartable.
Su tono, aunque seductor como siempre, tenía un matiz más oscuro, casi siniestro. Blade notó cómo sus dedos se crispaban apenas en el tallo de la copa, como si contuviera algo dentro de sí. Pero entonces, en un instante, la atmósfera cambió de nuevo.
—Pero bueno~! —canturreó, girándose hacia él con una expresión más relajada—. No te importaría compartir unas copas conmigo, ¿verdad, Bladie~?
Blade la miró en silencio.
Kafka sonrió con picardía.
Él suspiró.
—...Haz lo que quieras.
Ella rió, victoriosa.
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Tiempo: Mas tarde / Astral Express
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—Ah... carajo... ¿Qué mierda pasó? ¿Eh? ¿Pero qué putas es esto? —murmuró Lucas mientras abría los ojos y se encontraba rodeado de agua.
Al principio, desorientado y confuso, tardó unos segundos en acomodar sus pensamientos. Con un esfuerzo, se levantó de aquel líquido, por absurdo que pareciera. Al alzar la vista, sus ojos se abrieron completamente, maravillados.
Frente a él se extendía un cielo estrellado de una belleza deslumbrante, tan luminoso que era un festín para la vista. Bajo sus pies, un mar cristalino se perdía en el horizonte, infinito e insondable. El aire olía a calma, a serenidad, y por un momento, Lucas fue el único testigo de aquel escenario, sin más palabras que el brillo reflejado en su mirada.
Era una paz que no había sentido en mucho tiempo. Como si un peso invisible, que ni siquiera sabía que cargaba, se hubiera esfumado bajo el abrazo de aquel cielo estelar.
Al girar, volvió a ver el maldito árbol gigante. Bajo sus pies, el mismo agua extraña que había tocado la primera vez que lo encontró. Caminó hacia él con calma, observando su inmensidad. Ahora podía distinguir sus detalles: tronco blanco con vetas rosadas, raíces que se extendían en todas direcciones, alimentándose del agua, mientras sus hojas parecían rehuir el contacto con el líquido.
Pero al mirar con más atención, notó pequeñas burbujas que reflejaban algo indescriptible. Aun así, se dejó caer contra el tronco, recostándose mientras cerraba los ojos. No era silencio lo que reinaba, sino una ausencia de preocupaciones.
Sin embargo, esa calma no logró conquistarlo del todo. En medio de su confusión, su mente captó algo: una voz.
"Lucas... Lucas..."
Era su nombre, susurrado desde la inmensidad del océano por una voz que le resultaba vagamente familiar. Con un suspiro cargado de tristeza, se levantó y comenzó a avanzar sobre el agua, con pasos vacilantes.
A cada paso, la tranquilidad se desvanecía, aunque no del todo. Sintió un alivio fugaz en su mente, acompañado de una sonrisa leve, mientras se dirigía hacia el origen de aquella voz. Pero lo que escuchó después lo perturbó: preocupación, angustia, miedo.
Y lo odió.
No sabía por qué, pero esas emociones le provocaron rabia y asco. Rabia contra sí mismo por ser la causa de ese sufrimiento.
El trayecto fue breve, y antes de darse cuenta, se encontró frente a una puerta de acero con una manija. Sin dudar, la abrió. No había razón para quedarse en un lugar como ese.
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Lentamente abrió los ojos, preguntándose cuántas putas veces más se desmayaría de manera tan dramática. Lucas suspiró por lo bajo mientras sus ojos se adaptaban a la luz tenue del lugar. El aire olía… ¿femenino? No sabía cómo definirlo, pero era dulce, casi empalagoso para su nariz. Cuando por fin logró enfocar, reconoció el sitio. O al menos, tenía una idea clara.
El cuarto de March.
Era exactamente lo que uno esperaría de una chica tan dulce y enérgica como ella. Vivía acorde a su imagen: un espacio adornado con cariño, desordenado en ese caos encantador que solo las personalidades vibrantes logran convertir en acogedor. Muñecos de peluche —sobre todo de Pom-Pom—, vestidos colgados aquí y allá, frascos de perfume y otros productos que Lucas no supo identificar. Pero lo que más llamó su atención fue el mural. Cubría buena parte de la pared, repleto de pantallas pequeñas y fotos que capturaban momentos en el Expreso: sonrisas, bromas, aventuras. Eran los recuerdos que March atesoraba con un amor tan genuino como indiscutible.
Él, por su parte, estaba tumbado en su cama, arropado con sábanas que olían a ella —a flores y algo más que no supo nombrar— y rodeado de objetos que jamás habría asociado consigo mismo. La cama era jodidamente cómoda, pero cuando intentó incorporarse, giró la cabeza y la vio.
Stelle.
Dormida a su lado, aferrada a su brazo con una tenacidad que ni el sueño lograba debilitar. Su cabeza reposaba sobre su hombro, y sus piernas se enredaban con las suyas como si temiera que, al soltarlo, él volvería a desvanecerse. Lucas la observó con más detenimiento: el ceño ligeramente fruncido, las pestañas aún húmedas, la marca de lágrimas secas en sus mejillas. Estrés, preocupación, miedo. Todo eso leyó en su rostro, y el peso de la culpa lo aplastó.
Suspiró, arrepentido, con los dientes apretados. ¿Cómo podía compensarles? El susto que les había dado no tenía disculpa. Y lo peor era que ni siquiera recordaba qué lo había provocado. Solo sabía que odiaba ser la razón de esa angustia.
Cuando pensaba en que hacer ahora, una pantalla aparecio. Otra vez el puto sistema volvio. Lucas fruncio el ceño con algo de molestia sobre este. Sabia que no tenia, al menos que diera claras indicaciones, malas intenciones. Pero dios que esta cosa sabia joder.
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|Felicidades! Has completado la misión [Iniciando el verdadero viaje como un Anónimo]|
|Se te será dadas las recompensas!|
|Has Obtenido acceso a la [Via Trazacaminos]|
|Has recibido 1000S y la Misiones diarias y semanales son activadas|
|Apoyo Astral Enviado|
|Has obtenido la Habilidad Personal [Vía Del Trazacaminos|
|Debido a tu Habilidad personal has sido dado el Titulo [Capitán del Expreso Astral]
[Via del Trazacaminos] (Novato) : "El poder del Trazacaminos. El poder que marco la existencia de Akivili, que hacer marchar al expreso que surca las estrellas hasta donde la voluntad humana no alcanza aun. El poder de trazar el camino por muy oscuro y confuso que sea y que une a todo el universo en una red de viajes interminables."
|-Efectos-|
|Resistencia Anti-Natural: Otorga una resistencia antinatural ante cualquier fenómeno natural del universo. Aumenta en 30% La resistencia a los climas, venenos y fatiga|
|Comprensión Instintiva: Hace al usuario capaz de entender mejor las cosas para poder comprender la situación. Aumenta en un 10% la Eficiencia de WIS y DEX|
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|Titulo [Capitan del Astral Express] : Aumenta la producción de Energia Trazacaminos en un 80% / Disminuye en 35% El gasto de energía Trazacaminos en el expreso / Otorga la Autoridad para designar los puestos del Astral Express / Acceso a la Recamara del Capitan / Modo Construccion Y reparacion Activados|
|DING!|
|Una nueva misión ha nacido de la rama de los Trazacaminos|
|Misión del Trazacaminos: El camino perdido, el legado antiguo y el renacimiento astral! |
|Rango: A+|
|Descripción: Como el más nuevo de los Trazacaminos, has sido empujado a una tarea monumental: restaurar el Expreso Astral y desenterrar los secretos del legado de Akivili. Su nombre aún resuena entre las estrellas, una historia de viajes imposibles y destinos desconocidos, pero su desaparición dejó tras de sí un vacío que pocos se han atrevido a explorar. Los antiguos caminos están rotos, los viejos miembros han desaparecido y el Expreso ya no avanza como lo hacia. Sin embargo, el viaje no ha terminado. Como nuevo guía de los Trazacaminos, te corresponde seguir las huellas de Akivili, reconstruir lo que se perdió y descubrir la verdad detrás de su último destino.
|Objetivos|
|1°: Restaura el Expreso Astral a su antigua gloria!|
|2°: Averigua que paso con todos los antiguos miembros del Expreso Astral Y reclama sus legados de ser posible|
|3°: Descubre sobre que paso realmente con Akivili y su misteriosa caída|
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—(Okeey… No esperaba en lo más mínimo recibir esta cantidad de información, pero realmente no es tiempo para pensar mucho en ello. Aparte de que necesito ver cómo están los demás y el Expreso. Dios… ¿Cómo podré compensarles el susto que les di?) —Suspiraste algo fastidiado mientras volvías tu mirada a la mapache tuya que seguía dormida con él. Lucas se acomodó como pudo y solo negó un poco con la cabeza mientras movía con una mano el pelo de Stelle. —(Ahora que lo pienso bien, ¿por qué Stelle es tan pegada a mí? Es raro… Aunque estemos en situaciones similares, ella es más apegada a mí de lo que uno esperaría de desconocidos. ¿Será algún tipo de defensa de ella? Ugh… Ah, no importa.) Oye, mapache, ¿vas a seguir abrazándome o quieres 5 minutos más?
Le picó la mejilla mientras le decía en voz baja. Stelle, ante esto, abrió los ojos lentamente para luego abrirlos por completo y ver a Lucas despierto con esa sonrisa de imbécil de siempre. Sus pupilas se dilataron más mientras de inmediato le saltó encima para abrazarlo fuerte.
—¡LUCAS! Lu—Lucas… sniff… Estás despierto, no te fuiste. —Stelle tomó al peli-negro de sorpresa por el arrebato emocional mientras lo abrazaba con una fuerza inhumana para su complexión.
—¡Ah! ¡Okey, okey! Sí, sí, soy yo, Stelle, pero para qué me estás ahorcando pelotuda! —Dijo mientras trataba de calmarla a la chica del bate, que forcejeaba con él desde arriba al montarlo.
Justo cuando ambos seguían luchando entre ellos por sus razones, la puerta se abrió y dejó ver a un Dan Heng que quedó de palo al ver la escena: Una Stelle salvaje y con lágrimas en el rostro encima de un Lucas recién despierto, forcejeando con ella. La habitación quedó en silencio, excepto por los momentáneos sniffs de la nariz de Stelle.
—… Te diría que esto tiene una explicación y no lo malpienses… Pero algo en mí me dice que es inútil, ¿verdad? —Lucas dijo con cara de póker mientras una desagradable sensación de cliché lo invadía. Dan Heng, siendo el muerto de hambre emocional que era, solo se hizo el serio y lentamente se fue yendo de la habitación sin apartar la mirada de ambos, mientras Stelle y Lucas lo seguían con la mirada hasta que la puerta se cerró. —… Bueno, ahí va mi dignidad. —Dijo el ojos ámbar mientras se rendía ante la mapache y se dejaba abrazar, mientras ella lo sostenía sin pensar mucho, refregando su rostro contra su cuello.
Tiempo más tarde (y después de que Stelle se calmara las tetas y lo soltara lo suficiente), ambos nuevos anónimos se fueron al vagón principal y ahí vieron a todos… excepto a Pom-Pom, de quien no se veía ni rastro. Obvio, la aparición del desmayado llevó a todos los demás a preguntar por su estado y qué pasó, lo mismo que hizo el viajero temporal, que pidió la misma información.
Himeko fue quien tomó la palabra para darle la info a Lucas:
Después de que aquella luz apareciera y rodeara a todo el Expreso para luego apagarse, habían visto cómo Lucas cayó desmayado en el piso de la nada, con unas extrañas líneas doradas en su cuerpo pasando por varios lugares como pseudo-tatuajes. Más allá de eso, no hubo necesidad de preocuparse, ya que seguía respirando y su corazón latía con normalidad. Obvio eso no aplacó a ninguno de ellos, quienes de inmediato lo pusieron en el cuarto de March e hicieron rondas para vigilarlo… excepto Stelle, que se quedó con él todo el tiempo sin apartarse casi nunca.
En total, había estado durmiendo por casi 3 días. Lucas bajó la cabeza con una gran culpa por el susto que les dio y se disculpó como pudo. Aun así, no fue necesario, porque ninguno lo culpaba. Nadie pudo haber predicho que eso pasaría. Stelle mostró su deseo de no apartarse de Lucas, solo con acciones, como no querer soltarlo ni a palos. March, por su parte, después de llorar un ratito y pegarle en el pecho por el susto, solo se alegró de no haber perdido a un nuevo amigo. Dan Heng mostró con postura su clara preocupación, pese a su estoica y pobre forma de comunicación, pero se alegró a su modo de verlo bien. Lo mismo con Himeko y Welt, mientras Pom-Pom (que volvió) se puso como March: a llorar por casi perder a un nuevo miembro, llamándose a sí mismo "el peor revisor de todos".
Obvio, Lucas los calmó como pudo: teniendo que tranquilizar a March, a Pom-Pom y a una salvaje Stelle que tenía pegado como chicle a su brazo casi.
La otra noticia vino después de que todo se calmara: El combustible del Expreso había aumentado de golpe a niveles nunca antes vistos por ningún miembro actual. No hubo que sumar 2+2 para saber que el Sistema y Lucas tuvieron que ver en esa repentina fluctuación de energía trazacaminos. El propio Lucas se los confirmó, diciendo todo lo que recibió, los detalles de sus habilidades y su título. Todos, sin excepción, se sorprendieron, pero sintieron que, desde ahora, cualquier cosa podía pasar con el "Memorias de Fideo" a su lado.
Y eso se comprobó más cuando Lucas invocó la pantalla del Sistema y todos pudieron verla sin problemas ahora. Incluso interactuar con ella y más.
No hubo más que preguntas y más preguntas que deberían ser resueltas luego. ¿Ahora? El tiempo no tenía que ser solo preguntas.
—Entonces… ¿Qué vamos a hacer ahora? Digo, ahora que no tendremos problemas con el combustible, ¿qué haremos? —Lucas preguntó a la pelirroja mientras ella miraba con interés el sistema de la tienda. Luego le devolvió la mirada con una sonrisa suave.
—Bueno, antes teníamos planeado una expedición a un planeta llamado Jarilo-VI. Pero ahora que tenemos combustible de sobra… Podemos darnos unos lujos gracias a ti, Lucas. Así que… Iremos a un lugar muy útil para hacer unas cosas importantes antes de ir a Jarilo-VI.
—¿Más importantes que trazacaminos? ¿Y dónde sería? ¿Un parque?
—Hehehe, no, Lucas. Iremos al planeta comercial IPC HyperMarket. El mayor centro de comercio de esta parte de la galaxia. Será una buena oportunidad para comprar algunas cosas para ustedes y hacer unos leves trámites que deberán hacer en algún momento si quieren usar los créditos que ganen. Aparte… Será una buena oportunidad para que sigan fortaleciendo su vínculo antes de la primera expedición real que tengan. —Himeko dijo con un optimismo increíble y contagioso.
Lucas rodó los ojos con algo de gracia mientras se enfocaba en el exterior del Expreso, que aceleraba rumbo a su próxima parada: el IPC HyperMarket.
¿Qué clase de lugar sería? ¿Habría problemas? Uhm, ¿quién sabe? Las cosas en una galaxia tan vasta son inciertas, pero definitivamente seguía siendo algo digno de aprovechar… y de expandir su horizonte en este viaje tan raro y misterioso.